Teoría de los 5 elementos
La teoría de los cinco elementos no es solo una herramienta médica, también es una forma de entender la vida. Para mí, que soy una apasionada de la Medicina Tradicional China, esta teoría es como una joya que me enseña a mirar el cuerpo y el Universo como una danza constante de fuerzas naturales, viendo cómo se relacionan entre sí para mantenernos en equilibrio.
“Madera”, “Fuego”, “Tierra”, “Metal” y “Agua” son los cinco elementos que representan procesos y fenómenos de la naturaleza, siempre conectados entre sí. Cada uno influye y depende del otro para sostener la armonía. Y como están directamente relacionados con nuestro cuerpo, no solo reflejan la naturaleza, también nuestras emociones, las estaciones del año, los sabores e incluso los órganos internos.
¿Y cómo trabajan juntos estos elementos?
Lo bonito de esta teoría está en sus ciclos, que nos recuerdan que todo está en movimiento, en un flujo constante. La madera alimenta al fuego, el fuego genera tierra, la tierra produce metal, el metal conduce el agua y el agua nutre la madera.
Para entenderlo mejor, hay dos principios básicos:
El ciclo de Generación, donde cada elemento da vida al siguiente:
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La madera genera fuego al arder, porque alimenta la combustión (sirve como combustible).
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El fuego genera tierra, ya que las cenizas enriquecen el suelo.
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La tierra genera metal, porque en sus capas se forman minerales y metales.
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El metal genera agua, al facilitar la condensación y la aparición de humedad.
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El agua genera madera, al nutrir las raíces y permitir que crezcan las plantas.
El ciclo de Control, donde cada elemento regula al otro para que nada se desborde:
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La madera controla la tierra, porque las raíces penetran en el suelo y le dan estructura.
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La tierra controla el agua, conteniéndola y canalizándola para evitar inundaciones.
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El agua controla el fuego, apagándolo.
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El fuego controla el metal, fundiéndolo.
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El metal controla la madera, cortándola
¿Y qué tiene que ver todo esto con la salud?
Pues que estos elementos funcionan como un mapa del equilibrio en nuestro cuerpo. Nos ayudan a ver cuándo estamos en armonía y cuándo hay un desajuste. La acupuntura, la fitoterapia china o incluso la alimentación se apoyan en esta teoría para armonizar los elementos y devolver el flujo natural del Qí.