Tantra "La unión de las polaridades"
El tantra no surgió como una práctica centrada en la sexualidad, sino como un camino espiritual orientado a la expansión de la conciencia y la integración de los diferentes niveles del ser. La sexualidad constituye únicamente un aspecto dentro de un marco más amplio de trabajo energético y desarrollo interior.
En Occidente el Tantra suele asociarse casi exclusivamente con lo sexual, pero su trasfondo es mucho más amplio y profundo. La Tradición Tántrica trabaja con la energía en todas sus manifestaciones y reconoce la energía sexual como un vehículo hacia la trascendencia. Por eso no se reprime, sino que se canaliza y se integra. Es de las formas de energía más potentes en su expansión porque está vinculada a la creación de vida, pero no constituye el único enfoque ni el centro del camino tántrico.
Cuando se reduce el Tantra a la sexualidad, se pierde su esencia. Es la integración de "cuerpo, mente y espíritu". La unión de las polaridades.
"Masculino y femenino".
"Materia y espíritu".
"Acción y contemplación".
Es el reconocimiento de lo divino en lo cotidiano y la capacidad de vivir desde la presencia y la plenitud. Por qué crees que nos han enseñado a temer o a ignorar nuestra energía sexual. Si en realidad es una puerta para sentirnos completos, vivos y empoderados,
Esta sería, para mí, la definición oficial de lo que es el Tantra. Sin embargo, además, tal y como yo lo vivo, es una manera de relacionarme con mi energía sexual.
No es algo de lo que hable abiertamente por las connotaciones que suele tener, y también entiendo que es algo muy personal. El simple hecho de ponerlo en palabras le resta parte de su sentido más íntimo y sagrado, pero a veces es necesario expresarlo para no generar confusión.
Esa misma energía que tantas veces nos han enseñado a reprimir o a mirar con miedo. Para mí, es una de las fuerzas más poderosas que existen después del amor, porque te desnuda por dentro, te expone, muestra lo más esencial de ti, te revela en tu verdad, en su estado más puro. Es un proceso paulatino, porque su potencia es enorme, y cada persona lo vive de una manera distinta según cómo siente y percibe su mundo interior.
Durante todo este tiempo he cuidado mucho mi entrega a esta práctica, con compromiso y dedicación. Sé que, en su forma más pura y auténtica, el tantra no necesita involucrar a otra persona. Es, ante todo, un viaje hacia dentro, hacia la conexión con las energías que ya habitan en nosotros de manera individual.
Constituye la base de toda realización personal, una vía de autoconocimiento y transformación. Existen muchas otras, pero en mi caso esta ha sido clave. No la veo únicamente como un trabajo físico o una meditación, sino también como una reflexión profunda sobre mí misma y sobre el mundo que me rodea, que me permite comprender mejor mi propósito y vivir con autenticidad.
He descubierto que puedo canalizar esta energía hacia la creatividad como es "el baile, el canto, el dibujo, o cualquier forma de expresión del ser humano". No necesito ritos extraños ni imágenes idealizadas, basta con lo cotidiano, con estar presente. Lo simple se vuelve profundo cuando nace desde dentro, desde la esencia, desde lo que soy de verdad.
La práctica me recuerda constantemente que la energía sexual no es solo deseo también puede transformarse en claridad, en fuerza interior, en calma o en creatividad. He aprendido que mi cuerpo es una puerta de autoconocimiento y que la respiración no solo acompaña este proceso, sino que lo abre. Cuando respiro con consciencia, siento cómo la energía se mueve y se expande por todo el cuerpo. Siento un calor que sube por mi columna y se dirige hacia mis manos, una apertura en el corazón que me conecta con todo lo que me rodea. Es entonces cuando percibo la unión con cada ser que se encuentre a mi alrededor, con la naturaleza y con la vida misma.
Cuando llevo la atención a la respiración desde la base de la columna hasta el corazón, noto cómo algo que al principio se vive como una pulsión física que se transforma en calma, en apertura, en claridad. Es entonces cuando entiendo, en mi propio cuerpo, que la energía sexual también es fuerza creativa, capaz de sostener tanto la pasión como la quietud.
Por eso quiero aclarar algo importante. El tantra no tiene nada que ver con la idea de sexualidad que nos han transmitido, ni con dinámicas que aparentan autenticidad que se quedan vacías de verdad. Son interpretaciones distorsionadas y superficiales que no tienen la profundidad necesaria para generar un verdadero cambio. Imitaciones huecas que no representan la naturaleza genuina de esta práctica.
_El enfoque auténtico del tantra es individual, porque es un viaje hacia lo más sagrado de uno mismo, hacia la esencia. Es un regreso a lo más profundo de tu ser, a lo que subyace más allá de la forma._
Y lo más transformador es que, cuando aprendes a sostener y a manejar esta energía en ti, entonces puedes compartir desde otro lugar con los demás. Sin miedo, sin máscaras, ni necesidad de mostrar nada, sino desde la autenticidad. Lo contrario, todo lo demás son simples prácticas vacías, basadas en la necesidad y en el ego.
Eso es, para mí, el Tantra, un camino íntimo, honesto y cotidiano para abrirte a lo que eres, y desde ahí poder vivir y relacionarte de una manera más libre y real.