"SANAR DESDE LA MENTE PARA TRANSFORMAR EL CUERPO."
MI PROPÓSITO CONTIGO
Las enfermedades de la mente y de las emociones son invisibles. No dejan huellas que puedan medirse en una radiografía ni heridas que puedan señalarse con el dedo. Habitan en lo interno, en lo subjetivo, en lo que solo el corazón y la conciencia pueden sentir.
Cada persona las vive de manera única. Lo que para uno es un peso insoportable, para otro puede ser apenas imperceptible. Esa invisibilidad también nace del silencio, porque muchas veces el miedo al juicio empuja a callar lo que duele.
El cuerpo, sin embargo, nunca miente. Habla en susurros de insomnio, cansancio, falta de energía o tensión acumulada. Son señales sutiles de un desajuste cuya raíz no aparece en los análisis clínicos, pero que condiciona nuestra vida y nuestro día a día.
Por eso se dice que la mente y las emociones son invisibles porque no se ven con los ojos, pero transforman la manera en que respiramos, sentimos y habitamos el mundo.
Desde siempre he sentido que mi vocación iba más allá de lo aparente, y que mi lugar estaba en acompañar a las personas en sus procesos de vida aunque durante mucho tiempo no supe muy bien cómo hacerlo. He pasado por momentos muy difíciles que muchas veces no fueron comprendidos por quienes me rodeaban, porque NO tenían una causa visible. Eran cosas que nacían en la mente, luchas silenciosas, escondidas a los ojos de los demás, pero muy reales para mí.
Hoy te acompaño a través de herramientas como la acupuntura y el trabajo a nivel inconsciente, que facilitan un espacio de escucha y evolución personal. Con ellas también te ayudo a elevar tu consciencia corporal, es decir, a escuchar mejor a tu cuerpo, comprender lo que realmente necesita y vivir con más calma, claridad y confianza en tu día a día.
Más allá de las etiquetas o de los nombres que le pongamos a lo que nos sucede, lo que me mueve es ayudarte a recuperar tu bienestar y a que vuelvas a sentirte en armonía contigo, tanto en lo físico como en lo emocional y lo espiritual. Creo firmemente que sanar no significa solo aliviar un síntoma ni cargar con lo que otros llaman un problema, sino aprender a escucharse, habitarse y permitirse vivir con mayor plenitud y sentido.
Pequeños pasos abren grandes caminos.
ESTE ES UN LUGAR DONDE PODRÁS SENTIRTE ACOMPAÑADO Y SOSTENIDO.
Ana trata el cuerpo, pero va mucho más allá. No solo te pone las agujas, sino que, al ser una persona tan sensitiva, conecta contigo y con tu estado emocional. No sé si con todo el mundo será igual, pero en mi caso sí lo fue. Las veces que he ido he salido equilibrado y lleno de energía. Muy empática, amable y sincera. La recomiendo.
Llegué a la consulta de Ana en un momento complicado, con mucho estrés por la situación de salud de mis padres y por mi vida diaria, que ya de por sí era bastante compleja.
Desde la primera sesión sentí algo especial. Una sensación de paz y equilibrio que me ayudó a soltar, a respirar y a centrarme.
Ana tiene una intuición especial. No hace falta explicarle demasiado. Sabe entender lo que te pasa, lo que tu cuerpo y tu mente necesitan, y lo transmite a través de sus agujas con una sensibilidad impresionante.
Sus sesiones van mucho más allá de la acupuntura. Es su forma de estar, su presencia tranquila y su comprensión profunda hace que todo cambie.
Recomiendo a Ana de corazón, por su capacidad tan genuina de acompañar, sanar y aliviar.
La mirada y el acompañamiento que Ana ofrece me ha llevado a las puertas de lo sutil, trabajando no solo a través del cuerpo físico, sino también con mis emociones y sensibilidad. Gracias a ello, siento mi energía más equilibrada y una mayor armonía en mi vida.
